Estos conflictos se manifiestan en peleas vinculadas con el trabajo, el poder y el dinero. El problema que suele estar oculto tras el conflicto es doble: por un lado una falta de reconocimiento del interés que tiene cada uno los involucrados en el problema, y por otro lado hay un problema emocional. La tarea a realizar mediante la Mediación o la Consulta Familiar, es ayudar a que cada parte pueda darse cuenta de lo que el otro reclama, para lograr que el otro acepte el propio reclamo. Este recurso suele evitar tener que recurrir al juicio entre los integrantes de la empresa, porque el pleito es el último recurso para resolver el conflicto, al que se debe recurrir si fracasan la Mediación y la Consulta Familiar.